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Artigas. Ministro Olesker recibirá denuncias cuando visite Bella Unión el viernes
BELLA UNIÓN | FREDDY FERNÁNDEZ
La inversión económica en el asentamiento Las Láminas (Artigas) y otros barrios periféricos de Bella Unión no guardan relación con las precarias condiciones de vida que mantienen los pobladores, denuncian actores políticos y sociales.
Relatan situaciones de niños comiendo en vertederos y casos de desnutrición. Todo eso le será planteado al ministro de Desarrollo Social (Mides), Daniel Olesker, cuando visite la zona el próximo viernes 9 en el marco de la gira que emprendió por el interior del país.
Los testimonios que recogió El País señalan que los planes sociales no han podido corregir costumbres arraigadas en la sociedad de Bella Unión.
También apuntan a una supuesta omisión de quienes tienen que controlar, caso del Instituto del Niño y el Adolescente del Uruguay (INAU).
Lo hacen "tolerando la mendicidad infantil", según Ruben Medina Ramos, un vecino de la zona conocido en el lugar como "el forense".
Aldorio Silveira, exdiputado y actual edil por el Partido Nacional y médico jubilado, denunció en la Junta Departamental de Artigas que en "varios barrios" de Bella Unión hay "casos de desnutrición". Silveira asoció este y otros problemas al deterioro de la formación de los médicos. También expresó su inquietud por la cantidad de personas que han fallecido por afecciones de las vías respiratorias y cáncer, y dijo que se ha denunciado "ocho casos de tuberculosis" en un barrio de Bella Unión.
A las denuncias concretas de referentes locales se le agrega el enojo de los vecinos por la lentitud con que se aplican las políticas sociales. Tal es el caso de la construcción de plateas (bases) para levantar viviendas.
En la zona se percibe que el dinero volcado en planes sociales no logra resolver las angustias cotidianas.
Junto con el tristemente célebre Las Láminas, aparece con situaciones de angustia Los Farolitos, otro barrio de Bella Unión en el departamento del norte.
Juan Correa es el presidente de uno de los once grupos que esperan que el PIAI (Programa de Integración de Asentamientos Irregulares) culmine la construcción de las plateas, para iniciar allí la autoconstrucción de su vivienda, fue particularmente duro al analizar las dificultades que enfrentan y las promesas incumplidas. Denunció que los obligan a "vivir en el medio del barro, con niños que se enferman por la humedad".
Agregó que al comenzar las clases y con las primeras lluvias, "los gurises salieron con bolsas de nylon en los pies y llevaban en la mano los zapatos".
Correa se quejó porque desde 2008 trabaja con organismos del Estado pero "nunca han cumplido". El dirigente barrial sostuvo que los políticos salen a hablar en la televisión, diciendo que hay trabajo en Bella Unión: "yo los desafío que le digan a la gente dónde hay trabajo".
Roberto Viola, ex delegado nacional del CAIF, actual funcionario de esa dependencia y militante Partido Demócrata Cristiano, destacó que los gobiernos de izquierda han realizado una muy importante inversión en Las Láminas en busca de reducir los niveles de pobreza que allí siguen existiendo. No obstante ello, admitió que existe entre los beneficiarios desinformación, y reconoció que hay niños que "van a buscar comida al vertedero".
"El que niegue que hay gurises buscando comida en el vertedero es porque no vive en Bella Unión", dijo Viola.
"Nosotros fuimos los primeros desde lo ambiental que denunciamos esta situación, y reclamamos al INAU y al Mides mayor control, ya que se les está dando la tarjeta para que los gurises coman, y sin embargo van al vertedero", insistió Viola.
En pos de atender la demanda de la ciudad, en pocos meses más se van a inaugurar dos nuevos CAIF, elevando a cinco el número de estos centros de asistencia infantil. Hoy son tres que atienden entre 600 y 700 niños.
Rafael Fagúndez tiene 36 años y hace 15 que es ladrillero. "Estamos haciendo ladrillos para el Mides, somos dos grupos conformados por nueve o diez personas cada uno. En mi caso hago 10.000 ladrillos por mes y el millar se vende a $ 2.600, pero hemos vendido a menos de $ 2.000. Para poder producir, le pagamos 10% al vecino que nos vende la tierra", relató a El País. Con relación a la calidad de vida en Las Láminas, dijo que la inversión millonaria de ALUR (Alcoholes del Uruguay) dinamizó la zona, y agregó que si desaparece ese proceso productivo "la cosa se va a complicar mucho". Fagúndez destacó la presencia de un asistente social y otros técnicos del Mides que controlan el nivel de alimentación de menores.
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