"Me hubiera gustado saber antes de la investigación; habría tomado medidas"

A casi un mes de que los homicidios de los enfermeros tomaran estado público, el ministro de Salud, Jorge Venegas, reflexionó sobre lo ocurrido. En entrevista con El País, dijo que le hubiera gustado enterarse antes que había una investigación policial en curso en los hospitales para actuar en prevención y "tomar alguna determinación". Reconoció que tuvo luego una entrevista con el ministro del Interior, Eduardo Bonomi, donde acordaron a futuro "intercambiar información" para así "tomar decisiones". Venegas aseguró que "nunca" pensó en renunciar a su cargo y destacó que en ningún momento se sintió cuestionado por el presidente José Mujica.

F.CASTILLO/G.TERRA

- A un mes del episodio de los enfermeros asesinos, a la distancia, ¿cómo evalúa el manejo previo de la situación, con Policías investigando dentro de los hospitales y usted en desconocimiento absoluto de los hechos?

-Lo he dicho: no voy a hacer un juicio de valor sobre si un ministerio u otro ministerio tiene como objetivo investigar la criminalidad. El Ministerio de Salud, no es por eludir la respuesta, sí debe tener control sobre la morbimortalidad desde el punto de vista de la salud, no sobre la criminalidad. Que quede claro. Lo que hace el Ministerio es velar por la salud de la gente y en caso de producirse una morbimortalidad, es velar por la dignidad del ciudadano en todas sus fases.

-Pero si se hubiera enterado antes que había enfermeros sospechosos de una serie de muertes que estaban atendiendo a Gladys Lemos (la última víctima de uno de ellos)…

-Eso nunca lo supe…

-¿Le hubiera gustado saberlo, hubiera actuado, hubiera tomado alguna medida como prevención?

-No planteemos la pregunta de qué pasaba si yo hubiese sabido o no. Siempre voy a trabajar sobre la prevención, y la prevención era un hecho si yo hubiese sabido. (Piensa) La reflexión, a un mes de los hechos - yo me entero de esto el sábado 17- es que me hubiera gustado saber antes de la investigación: si hubiese sabido habría tomado alguna determinación.

-Era necesario para usted tener esa información.

-Yo personalmente trabajo por la vida, por eso siempre voy a querer saber la información. Cuando supe, como en los casos de Colonia, tomé alguna determinación.

-¿Es posible que vuelva a ocurrir algo similar, que se investiguen hechos en los hospitales y no le avisen?

-Ojalá que no. Nosotros tuvimos después una buena conversación con el ministro del Interior, que yo promoví y no fue en el gabinete, para conversar estos temas. Porque a este ministerio le compete velar por la vida. De las conversaciones, a lo que llegamos a futuro, es que intercambiemos información para tomar decisiones.

-¿Evaluó en algún momento renunciar a su cargo tras el caso de los enfermeros?

-Yo tengo la firmeza y la convicción de que todo lo que hace este ministro y el ministerio tiene que enfrentarse, la vida ha sido así. La vida me ha llevado a muchas situaciones límite -no tengo por qué decirlas- y nunca he renunciado a la vida y nunca he renunciado a seguir para adelante. Yo fui un militante estudiantil, estuve exiliado y viví épocas muy difíciles. Me he dedicado siempre al ámbito público, nunca he tenido un trabajo en el sector privado, aunque no lo estigmatizo. He sido salubrista, he trabajado muchos años con grupos postergados en la sociedad y he tenido situaciones de enfermedad y situaciones políticas límite. ¿Y saben cuándo renuncié a la vida? Nunca. Los cargos estos son cargos necesarios, pero no imprescindibles. Yo soy un tipo necesario, no imprescindible.

-Más allá de su firmeza en no renunciar, ¿se sintió cuestionado en algún momento?

-¿Por parte de quién?

-Del presidente, por ejemplo.

-No, en absoluto. Hemos tenido conversaciones muy interesantes con el presidente, además él ha reafirmado... hace diez días tuvimos una reunión larga en su casa. Lo que digo es que no me he sentido cuestionado. Y en la vida cotidiana, es importante que ustedes lo sepan, no me muevo con ninguna persona que me cuide más que yo. Voy al súper, voy a la feria, me muevo en el barrio, ¿y saben lo que he recibido?, mucho cariño. Y es una reafirmación importante no solamente en el ámbito institucional con mis compañeros de trabajo, en mi ámbito cotidiano. ¿Qué me dice la gente? ¡Arriba ministro! ¡No afloje! Porque la gente lee también "qué garrón que se agarró este". Se los digo en serio, eh.

-¿Y usted lo ve así? ¿Siente que se comió un garrón?

-Yo lo veo como una situación muy compleja. No solamente me he dedicado a la medicina, tengo mucha lectura y estoy muy convencido de que lo único que se puede pensar es en la complejidad del ser humano y cómo hay una mentalidad de asesino trabajando en salud, no encuentro explicación y tengo muchos amigos psiquiatras y lo hemos conversado a este tema.

-¿Pero qué enseñanzas dejó el episodio de los enfermeros?

-Que nos falta mucho para trabajar sobre el modelo de atención. Creo que estos cimbronazos así fuertes, política, social y estructuralmente nos hacen pensar si el modelo de atención es el más adecuado. Y la salud no está ajena a la incomunicación, avanzamos en la tecnología pero cada vez nos comunicamos menos. Hay que ver si el modelo de la relación médico-paciente es el ideal, si las situaciones laborales son las ideales. Estos cuestionamientos, que se han visto agudizados por una situación abominable y fuera de lo esperado, nos deben hacer pensar más sobre los derechos de los usuarios y los derechos de los trabajadores de salud. Hay que ver si los mecanismos de control de los derechos de los usuarios y del trabajador están siendo tomados en cuenta, desde los protocolos, desde la información. Y el salto que debemos dar ahora es reconstruir la confianza. Básico. La seguridad de que cualquier ciudadano que acuda a un lugar donde se le va a dar la asistencia, se le dé con un grado de confianza. La ruptura es muy fuerte.

-¿Cree que esa ruptura se dio ahora o ya venía de antes?

-Bueno, ahí hay una discusión. Venimos trabajando hace mucho tiempo en detener esa ruptura de la confianza y este fue un rayo que apareció en un día de sol.

-A propósito de recuperar la confianza del paciente en los equipos de salud, el Sindicato Médico, y en especial su presidente Martín Rebella, han insistido en este asunto y le han reclamado más liderazgo para convocar a los actores de la salud para trabajar en el tema ¿Qué tiene para responderle a los médicos?

-Yo con el presidente del Sindicato Médico siempre he tenido buena relación. Creo que el problema no es liderar, sino reconocer que se puede liderar. Yo tuve varias conversaciones con miembros del Sindicato Médico. Y estoy muy preocupado por declaraciones que no condicen con la realidad, habrá algunas explicaciones personales o de desconocimiento. Esto es una sorpresa. Yo no le quito en absoluto la importancia al Sindicato Médico, lo hemos dicho, sin la presencia de los médicos no hay reforma de la salud. Y en estas situaciones no hay salida si no vamos todos juntos. Entonces yo estoy sorprendido. El liderazgo se construye, no se decreta. A las figuras que hoy conducen al Sindicato Médico les digo bienvenidas todas las actividades que vamos a hacer y que ya estamos haciendo, como los cuidados paliativos, observatorio de recursos humanos, seguridad del paciente. Yo no decreto el liderazgo, lo estoy construyendo. Y cuando yo salgo a la calle me lo reconocen.

-El Ministerio había encargado una auditoría en los CTI de todo el país para saber en qué condiciones están. ¿Ya tiene los resultados de eso?

-Por ahora tenemos un informe preliminar que no lo queremos hacer público porque pedí que se ampliaran los datos y se profundicen. No solamente queremos saber cuántos son, dónde están, cuál es su infraestructura, su dotación de personal, tenemos que tener muchos más elementos para tomar algunas decisiones. Lo primero que yo tengo que decir como ministro es que los CTI son imprescindibles y deben funcionar mejor. Hoy muchos de ellos están abarrotados.

"Nunca se perdió el diálogo con Briozzo"

En los pasillos del Ministerio de Salud Pública se afirma que la relación entre el ministro Jorge Venegas, y el subsecretario Leonel Briozzo es tirante, tensa, casi sin diálogo. Cuando se le preguntó sobre este asunto, Venegas se apuró a aclarar que la relación es "buena, de trabajo", pero enseguida acotó en tono de broma: "Somos generacionalmente diferentes porque yo soy más viejo, tengo 63 y Briozzo anda en los 47" e insistió en que esa es la "única diferencia". Después siguió bromeando: "Tenemos matices como todo en la vida, él es de Racing, y yo soy de Danubio". Dijo que hay diálogo y se hablan "todos los días". "En los últimos 15 días pasé más con Leonel que con mi familia", dijo. Venegas le reconoció a Briozzo que haya dicho públicamente "que el ministro es Venegas y que el subsecretario está bajo las órdenes del ministro". "Me pareció muy leal eso", valoró. Al final admitió que hay aspectos de gestión en los que tienen diferencias, "pero aun en la discrepancia nunca se perdió el diálogo".