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Twitter verificó la cuenta de pocos famosos uruguayos
El senador blanco Jorge Larrañaga pidió tres veces en tres años que Twitter le ponga el ícono celeste de certificación que garantiza que quien tuitea es quien dice ser y que no se trata de un impostor. Eso hasta que, a inicios de 2012, la empresa con sede en San Francisco cerró la posibilidad de pedir que una cuenta sea verificada. A Larrañaga ni siquiera le respondieron y su cuenta sigue sin certificarse.
Eso no es raro: muy pocos uruguayos tienen cuenta verificada por Twitter. Son menos de 10, casi todos viven en el exterior y son personalidades internacionales: los futbolistas Diego Forlán, Luis Suárez, Sebastián Coates, Diego Godín y Diego Lugano, además del músico Jorge Drexler y la banda de rock No Te Va Gustar. Pero otros, como Edinson Cavani o Fernando Muslera, no lo tienen.
Igual, en Uruguay la mentira de una cuenta falsa suele durar poco. A mediados de setiembre, por ejemplo, apareció una cuenta de alguien que decía ser el ex presidente Luis Alberto Lacalle. El primer tuit era: "Aquí estoy! Confieso que he cedido a la tentación. Hablaré de lo que parezca relevante y trataré, desde la trinchera, de ayudar a mi Partido". Pero pasaron unas horas y el verdadero Lacalle difundió que él no estaba en Twitter. Un día después el falso Lacalle admitió que solo era un admirador del senador nacionalista. Un proceso similar se dio con la cuenta falsa de la senadora Lucía Topolansky. Es distinto lo de la cuenta del presidente José Mujica (@pepemujica), porque en ese caso se nota que es una parodia.
Pablo Buela es director de Adsocia, una empresa de publicidad en Twitter, y hasta principios de este año había verificado unas cien cuentas, la mayoría de famosos argentinos "con un gran volúmen de seguidores", como Zaira Nara o Jesica Cirio. Buela hacía de nexo con Twitter, aunque el trámite era gratuito. Pero Buela ya no verifica más porque "Twitter no da bolilla". Desde hace unos meses la empresa viene informando que "la verificación está cerrada a solicitudes del público" y que se comunicarán con músicos, políticos, periodistas u otras figuras relevantes "en riesgo de sufrir suplantación de identidad". Además, desde octubre se lanza un paquete de productos que incluye publicidad y verificación de cuenta. Pero es solo para empresas y debe pagarse.
Casi todos los presidentes sudamericanos tienen cuenta verificada. Lo mismo políticos argentinos como Mauricio Macri o Aníbal Fernández. Pero hay famosos como Marcelo Tinelli, que hace un mes entró en Twitter y tiene más de 500.000 seguidores, cuya cuenta sigue sin ser verificada. Buela dice que hizo una gestión por Tinelli pero no tuvo éxito. Eso da la pauta de lo difícil que puede ser para las figuras locales lograr la verificación.
Los asesores de Larrañaga piensan que una de las razones para que no haya respuesta es que Twitter se fija en las cuentas con miles y miles de seguidores (y la mayoría de los uruguayos no supera la cifra de 40.000). El senador dice que "es algo útil, sobre todo en tiempos de campaña electoral, cuando afloran muchos perfiles falsos". Y concluye: "No nos quita el sueño, pero esperamos lograrlo en breve". Al senador colorado Pedro Bordaberry también le interesa tener la cuenta verificada pero sabe que por ahora es difícil ya que "Twitter verifica a quien se le da la gana".
Entre los no políticos el tema preocupa menos. Ni Rafael Cotelo ni Sergio Gorzy, dos de los uruguayos con más seguidores, han pedido la autentificación. "No tengo idea cómo es el trámite", responde Gorzy. "Pero estaría bueno... Ahora que me decís, voy a averiguar". (S.C.)