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DIEGO PÉREZ
La vieja y querida Copa Intercontinental ha quedado en el olvido. El fútbol "espectáculo" y más que nada los billetes le han dado lugar al Mundial de Clubes y está bien. Ahora sí, el ganador es el legítimo campeón del mundo.
Por ahora, el torneo está hecho para que a la final lleguen los campeones de Sudamérica y Europa, como para que no extrañen. Y si bien Milan y Boca Juniors sufrieron más de la cuenta para hacerlo el año pasado, hasta el momento han cumplido.
Mañana a las 6.45 de Uruguay comienza la quinta edición, cuarta y última que se jugará en Japón. El duelo inaugural lo protagonizarán el Adelaide United de Australia y el Waitakere United de Nueva Zelanda. Pero las miradas del mundo entre mañana y el 21 -día en que se jugará la final- estarán en otro United, el más conocido del mundo: el Manchester. Los "diablos" ingleses son los favoritos de aquí a Japón. Claro que tendrán que ratificarlo de aquel lado del planeta.
De un tiempo a esta parte cada equipo europeo que llega al Mundial lo hace como candidato. Pero sólo el Milan en 2007 lo confirmó. Antes, el dominio fue sudamericano. Mejor dicho, brasileño, porque Corinthians, Sao Paulo e Internacional se quedaron con las tres primeras ediciones.
Esta vez no hay equipo brasileños. Tampoco argentinos. El representante sudamericano será Liga Deportiva Universitaria de Ecuador. El campeón de la Copa Libertadores y que tiene los ojos puestos en la vuelta del uruguayo Jorge Fossati al puesto de entrenador debutará ya en semifinales, el próximo miércoles. Su rival será Pachuca de México, el mejor de la Concacaf, o el Al Ahly de Egipto, campeón de África.
Y si gana, allí lo estarán esperando Cristiano Ronaldo, Rooney, Tevez y toda la fama del Manchester, que no debería tener mayores inconvenientes de pasar su semifinal ante Gamba Osaka de Japón o aquellos dos United del principio.
Sin dudas, esta edición no ha tenido la repercusión mundial que tuvo la anterior.
La brecha existente entre el Manchester United y el resto de los participantes parece, al menos desde lejos, muy grande.
Mucho mayor a la que había entre Sao Paulo y Liverpool en 2005 y ni que hablar entre Milan y Boca Juniors el año pasado.
Este año, el Mundial tendrá tres sedes: Tokio, Yokohama y Toyota, una ciudad ubicada en la principal isla japonesa -Honshu- y que está dominada, obviamente, por una de las mayores fabricantes de automóviles en el mundo. Allí, el estadio con techo movible y capacidad para 45.000 personas se terminó de construir en 2001, porque estaba en la lista de candidatos a recibir partidos de la Copa del Mundo 2002, aunque finalmente la sede fue desechada.
Las otras sedes son más conocidas. Yokohama tiene el estadio más grande del país, con 72.370 lugares y Tokio tiene el conocido estadio Nacional, con gran historia y capacidad para más de 55.000 espectadores.
Japón quiere despedirse del Mundial de Clubes a lo grande. Aunque sabe que en cualquier momento, por verdes cuestiones, lo recibirá nuevamente.
4 Mundiales de clubes se han jugado hasta ahora. En tres de ellos, el campeón fue un equipo de Brasil.
Ovación digital
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