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SIN PELOS EN LA LENGUA por Jorge Da Silveira
Central exigió disputar su partido con Nacional en el Centenario, donde podía tener una recaudación mucho mayor, y si no era allí no se presentaba. Nacional no tenía problemas en jugar donde fuera. Pero a la misma hora que quienes peleaban el título, lo que parecía razonable. Peñarol sólo aceptaba enfrentar a Danubio en el Centenario.
La AUF, ante la imposibilidad de conciliar los intereses deportivos con los económicos y la seguridad deseada por el Ministerio del Interior, decidió no llevar a cabo la última etapa del Torneo Apertura. Penoso.
La lectura que queda es que los clubes y el propio Ejecutivo de la AUF reaccionaron contra la intromisión indebida del Ministerio del Interior en la fijación de los escenarios de los partidos.
También faltó un criterio uniforme en el gobierno. El Ministerio de Turismo y Deportes buscó soluciones hasta último momento. La Ministra del Interior se negó a atender el teléfono durante toda la tarde del viernes cuando la llamaba el Presidente de la AUF. No parece una postura razonable.
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El fútbol debe hacer su autocrítica. Aprovechar esta paralización para corregir todas sus normas, estatutos, reglamentos, designar miembros de tribunales que actúen por encima de banderías, darle poderes al Consejo Ejecutivo para que sea tal. Colaborar realmente en la lucha contra los violentos.
Pero el orden interno debe garantizarlo el Ministerio del Interior, potestad indelegable que le confiere la Constitución, y las normas penales debe aplicarlas la Justicia. Y no se ha hecho con eficacia hasta ahora.
Ovación digital
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