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LOS PUNTOS SOBRE LAS ÍES por L. Fernández
Era un final anunciado (parte II)
Peñarol había dicho ya de antes que no iba a jugar a Jardines del Hipódromo y que no se mueve del Estadio Centenario, mientras que Danubio, con todo el derecho que le asiste, quiere jugar en su casa.
Sumémosle a esta novela que Central Español no acepta jugar en el estadio Charrúa y tampoco quiere salir del Centenario aduciendo pérdida de dinero por venta de entradas (ahora no vende ninguna). A todo esto, Nacional orejea las barajas y dice: "Tanto nos da, jugamos en cualquier cancha". Sin embargo, íntimamente quiere otra cosa.
Y todo este entuerto, por culpa ya se sabe de quienes; los mismos que en un partido en donde no se podía llevar ni una bomba de crema inundar una tribuna con la cohetería más fantástica de los últimos años, o ante la prohibición de ingresar bengalas estas igual aparecieron o prohibida la entrada de banderas de otros clubes (robadas en señal de guapeza) las mismas asomaron y siguen asomando.
¿La Policía actúa o da consejos? Ser o no ser... He ahí la gran duda... Pero que la Policía vete Jardines por razones de seguridad cae mal. ¿Cuál es su tarea? Si el Ministerio respectivo y la AUF piensan que con letreros en medio del campo y vistiendo de celeste a los jugadores (a algunos les importó un pito) o con spots de TV va a corregir las cosas, lisa y llanamente sueña.
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Los clubes que tengan sus escenarios en orden, la AUF que fije las canchas y horarios, la Intendencia que autorice los escenarios y la Policía que asegure el orden. Lo demás es pura cháchara.
Ovación digital
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