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GUSTAVO MATOSAS
"Tuve malas experiencias en los vestuarios que se hablaba mucho"
Gustavo Matosas
Después de haber realizado una muy buena campaña con Rampla, de salir campeón uruguayo con Danubio y de pasar por Peñarol sin conseguir lo que querían los aurinegros, estuvo ocho meses sin trabajo y ahora asumió en Bella Vista, que está muy complicado en la tabla del descenso. En ese marco, entonces, explicó que aceptó el desafío porque "me gustan los retos y éste es grande". Además, fundamentó su decisión en que "no soy de muchas palabrerías, pero tengo confianza en lo que hago, sobre todo en lo que puedo darle a los jugadores para que puedan rendir al máximo". En cuanto a su llegada al nuevo equipo, comentó que "fue como en todos lados, soy de hablar poco el primer día. Y, en las presentaciones, saludaría con la mano y diría: `Vamos a trabajar`. No me gustan mucho las palabras. Ahora, en el día a día, sí: hago las cosas que ví y me gustaron y trato de no hacer aquellas que tuve como hacer como jugador, pero no me gustaron". Asimismo, reconoció que la posición de los papales en el descenso "es difícil", pero enfatizó que "todo depende de cómo tomes la tabla; si mirás para abajo, la cosa está complicada, pero si mirás la de arriba, estás a pocos puntos de entrar en la Liguilla, y yo me quedo con esa tabla. Es un gran desafío y me gusta porque hay que tener coraje".
JORGE SAVIA
-¿Contó los días que pasó sin trabajo?
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-Nooo… fueron siete, ochos meses, no llevo la cuenta, la verdad…
-¿Y como vivió la inactividad? ¿Normalmente o es de los que los que no los bancan en la casa cuando no tiene trabajo?
-Nooo… yo me llevo muy bien con la casa, con el tiempo que recuperé con mis hijos, sobre todo. Eso de acompañarlos al colegio es algo que sé disfrutarlo; pero el bicho del fútbol siempre está, claro…
-¿El teléfono no sonaba o fue selectivo?
-No, ha sonado, pero elegí lo que estaba en Uruguay y lo que me pareció un desafío grandísimo e interesante. Los que en la vida hemos sido luchadores este tipo de desafíos nos mueve muchísimo y ese es mi caso.
-¿No quería irse al exterior todavía?
-Sí, mis hijos son muy chicos todavía.
-Antes de que se manejara su nombre, hubo dirigentes de Bella Vista que dudaban si valía la pena traer un técnico de primera línea, porque eso iba a pesar en el presupuesto y son concientes que son relativamente pocas las posibilidades que tiene Bella Vista de no descender, de salvarse; ¿cómo y por qué agarró viaje, entonces, un entrenador que viene de trabajar en un grande y antes de haber sido campeón uruguayo?
-Por el desafío. Tengo mucha confianza en lo que hago, sobre todo en lo que puedo darle a los jugadores para que puedan rendir al máximo. Lo que pasa es todo depende un poco de cómo tomes la tabla: si mirás la de abajo, está complicada la cosa; pero si mirás la de arriba, en cambio, estás a pocos puntos de entrar a la Liguilla. Y yo me quedo con esa tabla.
-Por lo que fue su idea del fútbol y por lo que está diciendo, va a apuntar a salvarse del descenso, mirando hacia arriba.
-Sí, voy a apuntar arriba, como consecuencia de eso el equipo se salva. Esto es parecido a lo que era Rampla cuando yo agarré Rampla.
-Pero era otro momento de su carrera. No había pasado por Danubio y Peñarol, no había sido campeón uruguayo.
-No importa. A mí me gustan los retos. Y yo esto lo tomo como un reto grande. Me sirve para seguir formando la personalidad, el carácter.
-La situación de Bella Visa es difícil.
-Sí, es difícil.
-Para ponerse a cubierto de eso, ¿hizo un contrato corto o apunta a un proceso a largo plazo, pase lo que pase al final del Uruguayo?
-No, la idea es hacer un contrato por un año; aunque, en realidad, son detalles que todavía no afinamos. No pienso en eso. Además, para mí, en el fútbol ya no existen los procesos largos. Lo que sé es que vengo a un gran desafío y me gusta porque hay que tener coraje.
-¿Por qué se acabaron los procesos largos?
-Porque no existe más, los procesos largos en el fútbol son mentira. De proceso largo se puede hablar en un club como el Manchester, donde Ferguson lleva veintipico de años; pero después, en los torneos cortos acá en Sudamérica, en Primera División no existen los procesos largos. Tres o cuatro malos resultados y se acabaron los procesos largos.
-En cuanto a su idea futbolística, ¿se ha replanteado algo, de hacer algo diferente, en todo este tiempo que estuvo sin trabajo?
-Nooo, no, estoy convencido de todo lo que he hecho hasta ahora, que me llevó a donde llegué, que fue a dirigir a Danubio y Peñarol, a subir la escalera de a poco; y a veces uno tiene que retroceder para retomar impulso. Mi idea es que mis equipos sigan jugando de la misma manera; lo que sí ganás con los años es la forma de transmitir el conocimiento, o el deseo de lo que querés ver en la cancha, acortándole el camino al jugador, sin perder tiempo en cosas que no son tan necesarias. Además, me doy un gusto de trabajar con mi hermano (Andrés), que me ha acompañado a todos lados. En el tema fútbol, nos entendemos con sólo mirarnos.
-El primer día, cuando asumió, ¿qué les dijo a los jugadores?
-Fue como en todos lados: soy de hablar poco el primer día. Yo, en realidad, en las presentaciones saludaría con la mano y diría: "Vamos a trabajar". No me gustan mucho las palabras. Cuando era jugador tuve malas experiencias en los vestuarios en los que se hablaba mucho. Así que no me gusta hablar mucho, exigir vida profesional, trabajar a muerte al servicio del grupo y en la cancha, pero no tengo mucha palabrería.
-¿Y en el día a día?
-¡Aaahh, sí! En el día a día, sí; hablo bastante adentro de la cancha. Hago las cosas que ví y me gustaron y trato de no hacer aquellas cosas que no me gustaron. Hay algunas que cuando era jugador no me gustaron y tuve que hacerlas porque era la obligación del jugador.
-Pasó usted, se fue y Peñarol sigue sin conseguir lo que perseguía cuando fueron a buscarlo. Viéndolo así, a la distancia, ¿saca la cuenta de que fue responsable?
-No, creo que eso, decir que no fue culpa mía, sería abrir el paraguas. Y yo no abro el paraguas. Yo tuve mi responsabilidad, era el que dirigía y asumo toda la responsabilidad; me equivoqué y pagué con el despido. Ahora la vida tiene que continuar y sigo creyendo en lo que hago y en la manera que lo hago. No le echo la culpa ni a los jugadores ni al club. No se me dieron los resultados. Hice mi balance, de las cosas positivas, de las negativas, pero jamás me alegraría de que a Peñarol le fuera mal. Al contrario. Soy hincha, lo he dicho en todos lados, en algunos me generaron problemas, pero me la banqué. Tengo mi responsabilidad de lo que pasó, no puedo abrir el paraguas de decir "a todos les pasa lo mismo". Fui, acerté en una cosas, le erré en otras, tuve mi chance… y cumplí la mitad del sueño.
-¿En qué le erró, en qué cree o se dio cuenta de que estuvo equivocado?
-Por ahí en el primer campeonato, y llegamos mal o con poco crédito al segundo campeonato… vinieron muchos jugadores, ¿no? Y me costó transmitir la idea. No debería haber aceptado las giras; pero, históricamente, en Peñarol cuando yo jugué también había giras y no había excusas. Así que... no, la explicación, ¿cuál es? ¡Yo le erré!".
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