Otra vez afuera de la Libertadores

Cuando comience la Copa Libertadores, la que en esta quincuagésima edición lleva el nombre de Alberto Spencer honrando al fenomenal ecuatoriano goleador inigualado e inigualable del máximo torneo ínterclubes, Peñarol, club que le diera trascendencia mundial y ganador cinco veces del torneo, no habrá de participar.

Una pena. No pudo clasificar frente a un rival de mediano nivel quien le goleó en su casa y empató aquí en un feudo mirasol casi invencible en otras épocas. Pero no hay objeciones. Independiente de Medellín se fue sin perder con el simple expediente de defender ordenado, cuidar la pelota y salir de contra (casi gana en la hora). Peñarol tocó, buscó y empujó pero repetido y sin orden estrellándose además contra los palos y un fenomenal Bobadilla quien dio clase sobre cómo dominar la profesión de arquero.

Si bien los carboneros dejaron el alma corriendo y "metiendo" (con eso solo no alcanza) no fueron claros ni precisos. Peñarol no jugó mejor ni peor que antes quedando claro que mejorar le llevará tiempo y que a pesar de lo espectacular del recibimiento y posterior gritería, rodeada por un halo demasiado pesado, no hay parcialidad en el mundo que gane por sí sola un partido. Quizás los nervios y el reloj conspiraron en los momentos más favorables pero la clasificación era una utopía. Peñarol quedó eliminado en Medellín.