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EL ANÁLISIS por Víctor Hugo Morales
Entre las sospechas y la pobreza
Los xeneizes volvieron a perder y los hinchas se preguntan si el equipo puede hundirse como River en el torneo pasado.
Sin saber si Palermo realmente está de vuelta, pero convertido en inevitable amenaza para los que entran de titulares, sin la prestancia y convicción del pasado inmediato, Boca complica demasiado pronto sus pretensiones. Una derrota más si llega pronto, traerá desazón y silbidos que los oídos de Boca hace tiempo no padecen.
A la fecha le quedó el dato saliente de la victoria de Independiente en el clásico de Avellaneda.
El primer tiempo fue pavorosamente malo, jugado en uno de los círculos del infierno. Y como el diablo era local, ganó. Hizo la diferencia, justificó el resultado en el segundo tiempo cuando Racing lanzado al empate que merecía, murió de penal y se fue con una de esas alegrías que obligan a preguntarse cuánto le puede durar. Casi nada, es la respuesta.
Nadie ganó los tres partidos y el único síntoma que se detecta en el primer diagnostico es lo sospechoso que se torna River si gana jugando tan mal como lo hace. Si se piensa con lógica en cuanto mejore un poquito no lo para nadie, más por la pobreza de los otros que por sus riquezas inexistentes.
Ovación digital
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