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ENFOQUE por Edward Piñón
Da para cantar, para unirse al festejo de la gente que fue a Buenos Aires, para sumarse a los corazones que se desbordaron de felicidad en 18 de Julio, en la rambla montevideana, en cada una de las ciudades del mundo.
Da para saltar, para gritar bien fuerte ¡U-ru-guay! Da para dejar que el pecho se eleve más que nunca. Da para recordarle a toda América que la Celeste es la más grande de todas. Sí, esta fue la Copa número 15 y no hay nadie que ocupe ese sitial. Atrás acaba de quedar Argentina con 14. Entiendan muy bien, Uruguay está arriba de todos.
Y si eso se logró es por este soberbio grupo de jugadores, por la enorme transformación que impulsó en la selección el maestro Óscar Tabárez y por el respeto de todos a una idea. A una convicción. Aquí están todos convencidos que entre todos juntos se puede. Como se pudo clasificar al Mundial cuando la mano estaba recontra torcida. Como se pudo en Sudáfrica. Como se pudo en esta Copa.
Uruguay, no más.
Ovación digital
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