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DESDE EL ARCO por José Mastandrea
El clásico tiene un encanto único
No importa cómo lleguen. Ni quienes lo jueguen. Mientras haya camisetas de Nacional de un lado y de Peñarol del otro, será un clásico y con eso, alcanza y sobra. Puede ser fútbol, basquetbol, rugby o ping-pong. La pasión, la rivalidad, el encanto, será el mismo mientras los colores estén frente a frente. No hay un clásico que se le parezca. Ninguno divide a un país en dos. Ningún otro clásico tiene el alcance y la magnitud de este. El Uruguay se parte en dos. Aquí y en el exterior. Porque los uruguayos que están afuera, se prenderán a la radio, a la computadora o a sus celulares para seguir de cerca el duelo. Nacional y Peñarol, Peñarol y Nacional. Dos palabras mágicas que paralizan a tres millones de uruguayos.
Ovación digital
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