PILAR BESADA
Luego de dormir "a pata suelta", como él mismo confesó, Mujica se despertó a las 6 de la mañana; dijo que no estaba "nervioso" pese a la agitada jornada que se avecinaba.
El flamante Presidente de la República disfrutó sus horas previas a las ceremonias protocales "como todos los días", escuchando la radio y tomando mate con su esposa, la senadora Lucía Topolansky. A las 10 de la mañana tenía programada la primera cita del día, con el presidente de Colombia, Álvaro Uribe, en el Palacio Legislativo.
Mujica, que se detuvo a hablar brevemente con los pocos periodistas que le aguardaban a la entrada de la chacra, aseguró que no estaba nervioso y que durante la mañana había revisado los últimos detalles del discurso que pronunciaría por la tarde. Dijo que, además de Uribe, preveía reunirse con Hugo Chávez.
"Hay que mediar" en el conflicto entre Colombia y Venezuela, señaló.
También mencionó que había tenido un diálogo con el príncipe Felipe de Borbón, con quien discutió el tema de la adopción de la norma europea para la televisión digital. La semana pasada integrantes del gobierno de Mujica señalaron la posibilidad de adoptar la norma japonesa con las innovaciones realizadas por Brasil. Ayer el presidente dijo que aún no sabe "cómo resolver" esta disyuntiva.
Comenzó el día olvidándose del celular y tuvo que volver a casa
Tras una cinta amarilla dispuesta por el equipo de seguridad en Rincón del Cerro, una pareja de la zona se instaló a vender bizcochos caseros y café. Cuatro bizcochos por $ 10 y un café por $ 10.
La mañana transcurría sin sobresaltos mientras cantaban los gallos y se evaporaba el rocío de la noche.
Cerca de las 9.30 apareció en el camino de la chacra un Chevrolet Corsa con Mujica, enfundado en su nuevo traje gris, sentado en el asiento del acompañante.
Al llegar a la cinta amarilla y cuando estaba a punto de detenerse para hablar con los periodistas, el Corsa dio marcha atrás de forma imprevista, Mujica se bajó del auto con rapidez y se internó entre los espesos matorrales hacia la chacra. Se había olvidado del teléfono celular y reapareció minutos después portando en la mano "el armatoste", como lo llamó.
"Este día son todas mieles", expresó Mujica con una sonrisa. "Hoy es el cielo, mañana empieza el purgatorio", agregó.
El flamante mandatario, aún no investido a esa hora, comentó que había hablado con la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, quien canceló la visita a Uruguay a raíz de la tragedia que vivió su país por el terremoto de la madrugada del sábado.
Mujica manifestó la "suerte" que significa vivir en Uruguay. "Si habrá que quererlo a este país", finalizó, antes de subirse nuevamente al auto para dirigirse a cumplir el primer compromiso del día.
Mantenga y vigile el nivel de debate y recuerde que nuestras Normas de Participación implican obligaciones y responsabilidades.