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Interlagos fue el último GP de un gran piloto de F1. David Coulthard fue un talentoso profesional y uno de los pilotos más queridos dentro del ambiente de la F1. Tuvo nueve temporadas en McLaren, seis de ellas al lado de Mika Hakkinen, y a pesar de tener trece victorias, el campeonato mundial de pilotos siempre lo eludió.
Siempre se ha dicho que para triunfar en la F1, el piloto debe ser ambicioso, talentoso y de una personalidad muy fuerte y agresiva. DC fue exitoso siendo simplemente una buena persona. Deja la F1 con más amigos que enemigos, algo que muchos pilotos no pueden decir.
Coulthard fue una persona absolutamente normal, que en algunos fines de semana se calzaba sus antiflamas y hacía lo que amaba, sabiendo que era simplemente una etapa de su vida. Sabe muy bien que la F1 es un deporte y un negocio, que simplemente olvida a sus personajes una vez que dejan el último autódromo luego de su última carrera.
Seguirá trabajando como comentarista de la BBC y seguramente disfrutará la llegada de su primer hijo dentro de unas pocas semanas.
"Más que haber conducido el auto, fue todo una gran experiencia... Viajar, conocer gente muy interesante y haber salido del otro lado con vida y con muchos amigos", dijo al bajarse del auto en Interlagos.
Ovación digital
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