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EL ANÁLISIS por Víctor Hugo Morales
Lo único que cambia es el acento
Diego está al frente de un seleccionado que ha renovado sus esperanzas. Su sola presencia, acaso la del único hombre en condiciones de pararse delante de los millonarios y mimados jugadores argentinos de hoy con ventaja sobre ellos. Es Maradona y lo adoran. Es Diego que ha sido el mejor de todos ellos.
Lo dice Heinze en declaraciones a L`Equipe: "No podemos fallarle al ídolo. Sobrepasaré todo lo que se espera de mi". Es así como piensan los muchachos que hoy enfrentarán a la muy respetable selección francesa. Aunque los mejores tiempos parecen cosa del pasado, Francia se erigió en protagonista de lujo del fútbol internacional. Pagando ahora algún tributo en el recambio, ciertos nombres, y un estilo siempre definido en la búsqueda de la mayor estética, imponen respeto, si bien la Argentina comienza una época en la que será favorita de casi todos los partidos. Y no es este una excepción.
Sin conductores como Riquelme o Verón, con tres arriba, sacrificando a Tevez o Messi para jugar algunos ratos de enganche, línea de cuatro en el fondo, las novedades de los albicelestes no son demasiadas. Lo que cambia es el acento, la impronta; el deseo de no defraudar. Ya no al público, sino al ídolo.
Ovación digital
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