Carrasco juega a la mosqueta

Con potrero, noche y calle sobre la espalda, Carrasco juega a la mosqueta y, sanamente, engaña; de eso se trata el fútbol, como ejemplificaba Menotti al decir que es lo que hace un jugador cuando le amaga al que lo marca.

Es que, bajo el manipuleo de su mágico "tiqui-tiqui", "JR" hace prevalecer una serie de elementos que, a los incautos ojos que puedan "comprarlos" como revolucionarios, son absolutamente tradicionales y, en algún caso, casi desaparecidos del fútbol uruguayo.

En esos 7 u 8 pases de adentro hacia afuera que ayer Flores le metió a Peralta, desequilibrando al flanco derecho de la retaguardia danubiana, ¿qué otra cosa hay que no sea una vieja "ala" -el 7 y el 8, el 10 y el 11- de antes?

Lo mismo se puede decir con su innovadora costumbre de "pelar" al amomestado; ¿Pernía? Sí, para afuera, ayer y en el clásico. Ahora, si el que recibr la amarilla es Peralta, uno de los mejores de la cancha, no corre el cambio.

Igual con la táctica; ofensiva, claro, pero más que moderna, clásica: 4-3-3, y los del fondo no se tocan ni aunque , como dijo "JR" de Peñarol, el rival no lo ataque.

Él era así con la pelota en los pies; y es lo mismo ahora, como DT de un grande: juega a la mosqueta; y los resultados cantan: es un "afane".