Es increíble, pero servía perder

Daniel Rosa | En puerto ordaz

El pais en venezuela

El deseo era ganar, la lógica era empatar y lo ideal era perder. Ese era el panorama en las horas previas al choque con Brasil y la verdad es que el tema fue el principal motivo de charla en la delegación celeste ubicada en el Hotel Rasil.

El empate 1-1 de Venezuela el martes por la noche ante Colombia, partido que cerró la disputa del Grupo A en la ciudad de Maturín, dejó sentadas las pautas de qué le convenía hacer a Uruguay ante los norteños. Desde todo punto de vista lo más aconsejable era perder.

"Lo que pasa es que los uruguayos no estamos acostumbrados a llegar tan cómodos a una definición al punto de poder elegir rival", decía Diego Aguirre por la mañana, durante el desayuno, al que en horas tempranas sólo bajaron los integrantes del cuerpo técnico y delegados, porque los jugadores prefirieron dormir al resguardo del aire acondicionado de las habitaciones.

Sin embargo, el técnico celeste se negaba a la posibilidad de salir a perder. "Tenemos la obligación de salir a ganar. Además, ¿cómo le digo yo a los gurises que tienen que salir a perder?" Su posición, obviamente, era muy complicada. También la de los dirigentes, porque ninguno podía tomar tal responsabilidad. Por lo tanto, todo dependía exclusivamente de los futbolistas.

Razones. ¿Por qué convenía perder? Tanto por razones logísticas como deportivas. El deseo de la delegación es hacer la menor cantidad de traslados posibles y, en ese plan, evitar el viaje a Maturín en la segunda fecha. Para eso hay que enfrentar a Venezuela en la segunda jornada, pues el seleccionado local jugará todos sus partidos de la fase final en Puerto La Cruz.

Uruguay encaraba el cierre del grupo con la posibilidad de ser primero o segundo. En ambos casos tenía asegurado la disputa de la primera fecha del hexagonal final en Puerto Ordaz, por lo cual permanecerá acá hasta el domingo.

Si era primero, en la segunda fecha jugaría contra Colombia en Maturín. Si era segundo, entonces -como va dicho- jugaba contra Venezuela en Puerto Ordaz, donde se quedará hasta el final del torneo.

Ya ayer de mañana estaba decidido que, aunque hubiera que ir a Maturín, la delegación se instalará igual en Puerto La Cruz, en viaje que hará en bus (insumirá unas cinco horas) e iría a aquella ciudad el día del partido, en un viaje de una hora y media aproximadamente.

En cuanto a las razones deportivas, siendo primero Uruguay enfrentaba a Chile o Paraguay (a la mañana aún no se sabía) en la primera jornada, y, en el caso de ser segundo, el rival sería Argentina.

Las cuentas que se sacaban entonces daban que lo ideal era comenzar frente a los albicelestes, pues es un rival directo al que se enfrenta ya en el arranque y por lo tanto no hay que definir con él y, fundamentalmente, a que los dirigidos por Sergio Batista no están en buen momento y era preferible tomarlos ahora, cuando aún están nerviosos, y no darles la chance que luego ganen un partido, tomen confianza y sean más duros.

Entre mate, piscina y sol pasó la delegación de Uruguay la mañana de ayer discutiendo qué era lo mejor. Los jugadores lo decidirían en el campo de juego del estadio Cachamay.

Llueve dos o tres veces por día y falta luz en las calles

Pensar que hubo que viajar unos 5.000 kilómetros para experimentarla. Algo que es tan común y que tanto se añora en Uruguay. Sí, ¡acá llueve! Y dos o tres veces por día.

Como es habitual en el clima caribeño, amanece nublado, sale el sol, se vuelve a nublar, llueve mucho durante cinco minutos y vuelve a salir el sol. Es decir, acá uno no se quema, sino que se va cocinando al hervor.

La lluvia (lástima que no se puede importar) lo sorprende a uno cuando menos los espera, pero es tan común aquí que nadie corre. Otra curiosidad aquí es lo temprano que se hace de noche. A las 18.15 ya está oscuro y las calles de Puerto Ordaz no dan ninguna sensación de seguridad por la noche, porque están bastante mal iluminadas. A propósito de ello, es todo un contrasentido, porque en esta ciudad con una población cercana al millón de personas sumando el municipio de San Félix, la de mayor poder adquisitivo de Venezuela y por ende la más cara, es donde están instaladas las denominadas empresas de servicios básicos. Es decir, es en Puerto Ordaz donde se produce la mayor cantidad de energía para alimentar al resto del país de electricidad, pero los caminos están a oscuras.