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EL ANÁLISIS por "Lalo" Fernández
Sin jugar al tiqui-tiqui, vale igual
River ya no sólo pierde o gana cuando se le da la gana o jugando cortita y al pie, tal cual reza en su murguero y pegadizo canto de presentación. Ahora también empata y sale de punta y para arriba.
En Bahía no hubo poesía. Nadie se acordó de la vaca, del cuero ni del toro. A la pelota la sacudieron sin compasión para salir de contra y meter el pase en el campo rival lejos de su arco. Jugó con la ventaja que llevó desde Montevideo. Primero defendió y lo hizo bien, después bajó revoluciones y lo pasó mal pero como el rival atacaba, más por reflejos condicionados que por convicción, encontró el espacio para el contragolpe.
En buena hora que siga en la copa. Pero algo quedó en claro: al fútbol se juega con dos arcos, uno hay que defenderlo y no regalarlo por el mero simplismo que yo siempre haré un gol más y el otro atacarlo y no siempre al compás del tan publicitado tiqui-tiqui. River fue un equipo serio hasta en los cambios, hechos por lesiones de los titulares y no porque con cualquiera que entre el equipo juega igual. Fue una clasificación con River pensando, luchando, especulando y entre otras cosas marcando. A veces bien, a veces no tanto, pero siendo la prioridad. Siempre hay tiempo para aprender, a la prueba está. River clasificó.
Ovación digital
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