Daniel Ferrere, fundador de uno de los principales estudios de abogados del país y últimamente asesor de Mujica, fue un hombre ambicioso y competitivo. Según un comunicado del estudio, "murió como vivió. Haciendo cosas y soñando lejos".
Ferrere tenía tres hijos, María José, de 35 años, Victoria, de 18, y Daniel, de 6 meses. Estaba casado en terceras nupcias con Magalí Paats y tenía un nieto, Santiago, de 3 meses.
El abogado comenzó trabajando en el estudio de su padre, Daniel Ferrere Lamaison, y bajo su dirección se convirtió en uno de los más grandes del país. "Para hacer una firma como ésta se necesita postergar los intereses personales y familiares durante treinta años", afirmó en una entrevista con el semanario Voces. Hoy la firma incluye el estudio contable CPA Ferrere (el cuarto más grande del país), más de 500 profesionales y técnicos, y oficinas en Paraguay y Bolivia.
Con sólo 24 años, se recibió de doctor en Derecho y Ciencias Sociales en la Universidad de la República. Más tarde hizo un Master en Harvard, universidad que definió como "uno de los lugares más excitantes del mundo para estudiar".
A fuerza de viajes a EE.UU. Ferrere consiguió clientes internacionales y ganó reputación entre quienes querían invertir en Uruguay. Algunos de los clientes más importantes actualmente son el Banco Santander, Banco Crédit Uruguay, Lloyds Bank, Discount Bank, JP Morgan Chase, Credit Suisse, Dresdner Bank, Tienda Inglesa, Zara, Pluna, TAM, Petrobras, Exxon, Barraca Europa, Tata Consultancy Services, Microsoft, Bayer, Sanofi - Aventis y Novartis. La firma también representa a DirecTV en el reciente litigio contra Canal 10 por la transmisión de los partidos del Mundial Sudáfrica 2010.
La semana pasada, el abogado se disponía a concretar la venta de Tienda Inglesa al Grupo De Narváez, uno de los negocios al que le había dedicado más energía en los últimos meses, pero una marcha atrás de último momento de Robin Henderson frustró la operación.
El estudio rivaliza con Guyer & Regules y Posadas, Posadas & Vecino por liderar el mercado, algo que en los últimos años había conseguido, según publicaciones especializadas como Chambers & Partners y Latinlawyer. Hoy el estudio ocupa seis pisos del World Trade Center.
Ferrere afirmó en varias entrevistas que le gustaba representar a empresas que tengan razón. "Me preocupa mi tasa de éxito. Si (la empresa) no tiene razón no la voy a representar porque no me gusta perder", dijo en la entrevista con Voces.
Ferrere se definía como "abogado de negocios" y no como "abogado de litigios", y le gustaba calificarse como "competitivo".
También le gustaba la adrenalina de los deportes extremos. Corría picadas en El Pinar con su Chevrolet Camaro y piloteaba su propio helicóptero. "Hay una regla en inglés que dice Work hard, play hard (trabaje fuerte y juegue fuerte), yo me divierto mucho", dijo en la entrevista con Voces. En cuanto al helicóptero, afirmó que es "tremendamente desafiante" y "uno de los aparatos más difíciles de manejar que existe".
Consultado por la prensa extranjera sobre qué profesión elegiría si no fuese abogado, comentó que "podría haber sido ingeniero mecánico con gusto. Tengo un helicóptero, un avión, varios autos. Si tiene motores que se pueden operar y entender cómo funcionan yo me le subo arriba. Una de mis máximas aspiraciones es manejar un Terex, uno de esos camiones que se usan en las minas a cielo abierto para trasportar miles de toneladas. Casi todo lo demás lo he manejado".
Además, le gustaba leer novelas policiales y de abogados, y no le gustaban los autores latinoamericanos.
También fue docente en la Facultad de Derecho de la Udelar, pero abandonó "por las presiones profesionales" y "por razones académicas".
Fue director del Colegio de Abogados, presidente de la Cámara de Comercio Uruguay Estados Unidos y docente en varias universidades privadas.
Con Mujica. Hace sólo tres días, el martes 27, Daniel Ferrere apareció en las páginas de este diario, en un artículo sobre la reforma del Estado. "Los uruguayos sentimos que hay un problema grande de eficiencia de la gestión pública en su conjunto", decía.
El abogado se convirtió en más que un profesional exitoso luego de su contacto con el presidente José Mujica, a quien asesoraba en varios temas, a pesar de sus diferentes convicciones políticas.
El primer encuentro entre ambos fue en 2005, cuando Mujica asumía como Ministro de Ganadería. "Me llamó y me invitó a la chacra, para total sorpresa de mi parte", recordó Ferrere en una entrevista con El Espectador.
Durante esos años, en las reuniones esporádicas que mantenían, Mujica lo consultaba sobre "proyectos concretos" como operaciones de financiamiento de sectores agropecuarios. Ferrere comentó que Mujica siguió sus consejos y las propuestas fueron llevadas a cabo.
Luego de ser electo presidente, Mujica continuó las reuniones con Ferrere, en las que principalmente conversaban sobre la reforma del Estado.
"Vi al presidente electo totalmente convencido (sobre la reforma del Estado), incluso le hice una broma al respecto: si usted logra hacer la mitad de lo que pretende hacer yo le hago un monolito en la entrada del World Trade Center", indicaba Ferrere.
Para reformar el Estado proponía calificar a todos los funcionarios públicos, la movilidad de los funcionarios, la posibilidad del despido y transparentar los mecanismos de ingreso al Estado.
Con el fin de lograrlo, Ferrere creía que se debía comenzar por convencer a la opinión pública. Según mencionó en una reciente entrevista con El Observador, Mujica debería "estar seis meses seguidos haciendo campaña, yendo pueblo por pueblo, ciudad por ciudad y barrio por barrio", convenciendo a la ciudadanía de la necesidad de reformar el Estado. Ferrere escribía semanalmente en El Observador. (Producción: Pilar Besada, Juan Carlos Raffo, Lucía Baldomir)
Daniel Ferrere en cinco frases
"No me gusta perder a nada. He llegado a una altura de mi vida que puedo darme el lujo de representar a los que me divierten". (Voces, 2006).
"Desde el punto de vista político soy más liberal que cualquiera y desde el punto de económico soy más liberal que cualquiera, pero desde el punto de social estoy a la izquierda de muchos" (El Espectador, 2009).
"Mi filosofía empresarial es la frase: Los que dicen que no se puede suelen ser interrumpidos por los que lo están haciendo. Estoy convencido de eso. Si tuviera que arrepentirme de algo en mi vida sería de no haberme puesto objetivos más altos, porque también se podía"
(En una entrevista para una guía de inversiones que se publicaría en España, 2009).
"Si usted no hace otra cosa que trabajar y cada peso que gana, y todo su tiempo libre lo mete en el estudio, treinta años después tiene un estudio como se debe" (Semanario Voces).
"Los uruguayos sentimos que hay un problema grande de eficiencia de la gestión pública en su conjunto" por eso se hace de la reforma del Estado "un asunto tan importante" (El País, 2010)