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EL ANÁLISIS por José Mastandrea
Estuvo bien Pelusso cuando se levantó de la conferencia de prensa en el Centenario, después de clasificar a semifinales de la Copa Libertadores.
Habían pasado 21 años y Nacional estaba otra vez en la pelea. La mayoría de los hinchas todavía festejaban y a él, los colegas le reprochaban el planteo táctico.
Parece increíble, aún hoy se le critica. Pelusso hizo lo que nadie. Y más. Porque logró desestabilizar a Peñarol en poco más de un año.
Hizo que cayeran Gustavo Matosas y Mario Saralegui y que hoy camine por la cuerda floja Julio Ribas.
Ganó una Liguilla, clasificó a la Libertadores, se quedó con el Torneo Apertura y está definiendo el Campeonato Uruguayo.
No tiene un gran equipo. Tiene sí, un plantel largo con muy buenos jugadores.
Armó muy bien el grupo. Eligió buenos jugadores y buena gente. Logró que el equipo sea solidario en la cancha y lo mantuvo bien arriba en lo anímico aun en los momentos más duros.
Hoy está a un paso de ganar o de perder todo. Pero, pase lo que pase, Pelusso logró lo que pocos lograron: metió a Nacional entre los cuatro mejores de América. Y eso no es poca cosa.
Como al inolvidable Michael Jackson: que le quiten los bailado.
Ovación digital
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