La revancha del miércoles es posible

Los tricolores perdieron con Estudiantes jugando poco y corriendo mucho.

De entrada pareció un equipo medio dormido, con marcadas dudas y precauciones. Prueba de ello fueron las dos tapadas fenomenales de Muñoz antes de los 10`.

Estudiantes tocaba rápido y Nacional corría tras la pelota. Corría pero no llegaba y tres o cuatro diagonales como puñaladas sacudieron a toda la línea de cuatro hasta que Galván marcó el primero.

Obligado además Nacional a tocar rápido porque le encimaban la proporción de pases perdidos fue muy alta y no llegó en 45` a patear una sola vez al arco.

En la parte final la entrada de García alentó durante 10 o 15 minutos la esperanza del empate. Su mayor peso ofensivo y su cabezazo casi gol, más un remate frontal pero débil de Biscayzacú la avalaban. Pero duró poco.

Estudiantes ya sin Verón jugaba de punta y para arriba y Nacional no le hacía asco. Todo se hizo feo, friccionado y con visos de partidos de otras épocas. Faltaron solo las alfileres de Bilardo y Cía.

Nacional peleó, dejó el alma, pero marcó mal y no tuvo definiciones claras.

El resultado, al final, le fue benévolo a los tricolores. Las manos y pies de Muñoz hicieron viable que la revancha del miércoles sea posible.