Víctimas: una cada 3 cometió un delito

En el 29% de los casos de homicidios registrados en Montevideo y Canelones el autor no era una persona conocida por la víctima. Ello lo afirma un informe del director de la División Estadísticas y Análisis Estratégico del Ministerio del Interior, el sociólogo Javier Donnangelo. Este informe fue elaborado por el experto en enero de este año, cuando la creciente cantidad de muertes violentas dio lugar a enérgicos planteos por parte de la oposición ante el ministro del Interior, Eduardo Bonomi. En dicho estudio Donnangelo sostiene que ningún indicio objetivo revelaba el estar en presencia de una escalada de violencia.

"El homicidio es un tipo de delito que presenta una serie de características que dificultan considerablemente su prevención a través de la acción policial", apunta el experto en su informe.

"El homicidio, sin embargo, es un fenómeno muy infrecuente, al punto de que en muchos medios sociales (como la mayor parte de las capitales departamentales del interior de Uruguay), se presenta con una frecuencia tan baja como dos o tres casos al año", apunta.

El estudio de Donnangelo revela, asimismo, que es más frecuente que las muertes violentas tengan lugar entre personas con historial delictivo, que en el grueso de la población, razón por la cual los casos de homicidio son más frecuentes en el denominado "bajo mundo".

En este sentido, valiéndose de estadísticas generales donde resalta el dato apuntado al principio, el sociólogo indica que "más de un tercio de los individuos que mueren como consecuencia de actos de violencia interpersonal tienen procesamientos penales en su haber (esta proporción sube aun más, hasta alcanzar el 40%, si en lugar de considerar el conjunto de las víctimas se enfocan específicamente las de sexo masculino). En otras palabras, tal como reza el proverbio popular, parecería que `quien mal anda, mal acaba`. Vale decir, pues, que lejos de jugar un rol puramente pasivo, probablemente muchas víctimas activamente buscan o promueven el conflicto y, de hecho, en muchos casos, precipitan su propia muerte".

De hecho y a modo de conclusión Donnangelo anticipa que "son los propios delincuentes los que enfrentan los mayores riesgos de morir violentamente, mucho más que el promedio y común de los ciudadanos".

En su análisis, el experto del Ministerio del Interior, apuntaba, asimismo, otro factor que a primera vista podría resultar insólito: el climático. En tal sentido Donnangelo señala como histórico, desde el punto de vista estadístico y científico, el "aumento de la violencia interpersonal durante los meses de verano". Y agrega que ello es consecuencia de "la intensificación de la actividad social durante estos últimos meses (producto de los días más largos, de las condiciones climáticas más favorables y de que los períodos de ocio coinciden)".