Un hecho insólito: a plena luz del día, banda de Palermo copó el Cerro

JOSÉ MASTANDREA

Un hecho insólito ocurrió a media mañana en los accesos de la Ruta 1, en pleno Estadio Luis Tróccoli. Una banda, integrada por once personas, copó el Cerro y dejó como saldo varias decenas de lesionados, en la cancha y en las tribunas.

Todo comenzó, aproximadamente a las 10.10. Los copadores llegaron hasta el escenario albiceleste impecablemente vestidos: medias y pantalones cortos azules, camisetas rojas y blancas a rayas verticales. No parecían delincuentes y pocos sospecharon lo que sucedería minutos después.

Los once integrantes de la banda, ingresaron al campo de juego con un plan definido.

Se sospecha que el cerebro sea Luis Garisto, ampliamente conocido en ambas márgenes del Plata por sus fechorías del otro lado de la línea de cal. Tiene profusos antecedentes en Banfield y Argentinos Juniors.

La planificación fue perfecta. El cabecilla de la banda también está identificado por las autoridades: se llama Fabián Coelho, más conocido en el hampa del fútbol por "El Fabián", con un largo historial en el Uruguay y España.

Bajo sus lineamientos, la banda de Palermo se ubicó en lugares estratégicos dentro del campo de juego y copó a los once cerrenses que estaban allí. Cada vez que hubo una intentona de las víctimas, fueron reducidas inmediatamente.

No hubo violencia en ningún momento. Los disparos (al aire) comenzaron en el segundo tiempo. A los 44 segundos, un pelotazo largo terminó en la cabeza de Martín Crossa. Bajó la pelota para la entrada de Coelho pero Leites, uno de los cerrenses que se rebeló, lo empujó dentro del área: penal. El propio Coelho lo ejecutó, bajo y contra el caño izquierdo. El 1 a 0, se suponía, iba a conformar a la banda de copadores. Pero no. Fueron por más. No querían irse del Cerro con las manos vacías.

Así fue como diez minutos más tarde, un pase en profundidad de Coelho para Crossa, terminó en el segundo gol de los palermitanos.

La corrida del "9" dejó estática a la defensa y ante la salida de Rodrigo Muñoz definió fuerte y arriba. La pelota dio en el horizontal y picó adentro del arco: 2 a 0.

Allí los copadores se sintieron satisfechos. Y los cerrenses intentaron reaccionar.

La salida del estadio Luis Tróccoli fue en silencio.

El parte policial indicó que hubo cientos de lesionados en su alma y en el sueño de campeonar.