El DT se fue en silencio

SILVIA PEREZ

"No hoy no", dijo Mario Saralegui intentando esbozar una sonrisa cansina a las 21:40 horas cuando salió del vestuario.

Saralegui, junto a sus compañeros del cuerpo técnico y al gerente deportivo, Eduardo Pereyra, cerró filas. Ya no quedaba nadie en el camarín, el último jugador había salido 15 minutos antes.

Fue una de las pocas veces en que el afamado entrenador aurinegro le dijo que no a los periodistas allí presentes, pero obviamente su estado de ánimo luego perder el segundo clásico consecutivo no era el mejor.

El presidente Juan Pedro Damiani y el vicepresidente Edgar Welker estuvieron un buen rato dentro del vestuario, junto al delegado Jorge Barrera. Cuando salieron, Damiani y Welker se excusaron y no quisieron hablar. "Saben como soy yo con ustedes, pero hoy no voy a hablar", dijo el presidente.

Adentro, Darío Rodríguez y Antonio Pacheco convocaron a una reunión en el vestuario contiguo. "Tenemos que hablar", dijeron. Y se llevaron a los futbolistas más jóvenes. Allí, hicieron hincapié en lo que significa jugar en Peñarol y en la hinchada, a la que no se puede seguir fallándole.

No fueron muchos los que se detuvieron a dialogar con los periodistas. Carlos Bueno fue uno de ellos. "No se dio. En el primer tiempo nos faltó liquidarlo. Erramos mucho, uno siempre quiere concretar y hacer lo mejor, pero no se pudo. No es que no supimos ganarlo. No encontramos el gol, ellos nos empataron con un gol de penal y luego uno de pelota quieta donde Romero entró solo. Tenemos que mejorar", dijo el delantero. "Puede ser que como se trata de un amistoso sea más fácil superarlo, pero doler duele como siempre. ¿Cómo no va a doler perder un clásico? A mí me duele, a todos nos duele. Pero tampoco es que si hubiéramos ganado estaba todo bien, hay que mejorar un montón de cosas", agregó Bueno.

"Fue un resultado muy duro, sobre todo por como se había presentado el partido: ganando y con un hombre de más", dijo por su parte el arquero Pablo Cavallero. "Lamentablemente, no fuimos capaces de mantener esa ventaja y de aumentarla como para jugar un partido cómodo. Se nos fue de las manos. En el primer tiempo fuimos mucho más, pero en el fútbol no se gana por merecimientos, gana el que la mete adentro. Tuvimos las chances y no las metimos. Y cuando vos perdonás, te matan. Sucede muchas veces en el fútbol. Nos llevamos una tristeza muy grande por lo que es perder un clásico y por lo que tenemos por delante en los próximos 15 días. Esperemos recomponernos de esto y llegar a Colombia de la mejor manera posible", finalizó.