El arquero de Libia nació en Canelones

JOSÉ MASTANDREA

"Es un fútbol vistoso, los jugadores tienen muy buena técnica, son veloces, inteligentes pero fallan de mitad de cancha hacia arriba: cuando llegan al área rival se diluyen, no pesan". Las palabras son de Luis De Agustini (32), hoy arquero de Liverpool.

Y son como para tener en cuenta porque supo calzarse el buzo de arquero de la selección libia. "Me pidieron que me nacionalizara y me nacionalicé para jugar en la selección. Fue una experiencia muy buena, me dio fogueo, me sirvió en todo sentido", dice el hombre nacido en Sauce, Canelones.

De Agustini jugó en Libia y defendió el arco de la selección en dos etapas: la primera fue en 2003 y la segunda y última en la temporada 2006-2007. "Rescindí contrato y me vine. Pero no me quejo, al contrario. La vida, las costumbres, eran muy distintas a las nuestras, llegó un momento en que uno tiene que empezar a pensar en la familia", confiesa.

Nadie mejor que él para analizar al rival de Uruguay. "Tienen muy buen juego de equipo. Y en lo personal, me gusta como juega Tareq El Taib, el un típico `10` rioplatense, con muy buen dominio de pelota y mucha categoría. Ese es el Maradona del equipo", dice con entusiasmo.

El Taib utiliza la casaca número 14 y últimamente alternó en el equipo libio que dirige el tunecino Fauzi Al Benzarti.

Libia ya quedó eliminada de la Copa del Mundo Sudáfrica 2010 (por diferencia de goles) y eso pegó fuerte en la afición.

"Es increíble pero hay mucha rivalidad entre las hinchadas de los dos equipos más importantes del país. Es más: en los partidos de la selección se ven más las camisetas de esos clubes que de la propia selección. Por eso no hay apoyo desde las tribunas. Cada uno alienta al jugador de su club. Al comienzo de cada partido hay un aliento bárbaro pero se diluye enseguida. No sé... a los quince minutos empiezan las recriminaciones y los silbidos. Eso mata a los jugadores, los bajonea. Es duro jugar en tu casa y que nadie te respalde", dice con la seguridad que da el haber pasado por esa experiencia.

El último partido amistoso de Libia fue el pasado 30 de diciembre en Qatar. Perdió 5 a 2.

"No sé cómo anda el equipo ahora, pero tiene buenos jugadores. Hay como una renovación y se buscó iniciar un proceso más serio con la selección", comenta el arquero negriazul.

"Pienso que va a ser un buen rival, que va a exigir a Uruguay. Hay que ver si se da lo de siempre. Si desde la tribuna no hay aliento, el equipo se cae", dice De Agustini quien supo lucir el brazalete de capitán de la selección libia.

"El estadio es grande. Tiene más capacidad que el Centenario pero casi nunca se completa. No va mucha gente a ver a la selección", apunta.

Recuerda con un dejo de nostalgia su último partido en el arco de Libia: "fue hace un año y medio. Parece que fue ayer... increíble ¿no?", reflexiona.

De Agustini ya está entrenando, se sumó al plantel negriazul y viene recuperándose notablemente de su fractura. Extraña el arco. Y no el de Libia. El de Liverpool.